viernes, 12 de abril de 2013

Cartas a la tormenta #2



Un día de abril del 2013

Querida tormenta, espero que estés bien.

Hoy sentí muchas ganas de escribir pero no sabía a quién, seré honesto, no sabía si escribirte a ti o a la concoca pero no sabía a quién, ambas siempre fueron excelentes pero creo que contigo desarrollé un lazo más amistoso con ella o siempre fuiste mejor escuchando o algo así que solamente pensé en ti para escribir el día de hoy.

¿Por dónde empiezo?

Hace unos meses unos compañeros y yo ingresamos a un torneo para construir un robot, confieso que en un principio la idea me causaba enfado por el hecho de tener que echarme más responsabilidad encima, pero gracias a que mi equipo de trabajo es genial… pues terminó por encantarme la idea. Podíamos dividir en tres etapas a mi equipo. 
  • ·         Programación
  • ·         Electrónica
  • ·         Mecánica 

Yo era el mecánico del equipo y eso me fascino mucho. Pasé largos ratos buscando métodos para un desarrollo mejor de nuestro robot e incluso me dejaron seleccionar el nombre. Kaybee (KV), pensé que si tenía ese nombre quizá ayudaría a superar  esos juicios que arrastro para todo lo que está escrito con ese nombre. Todo iba maravilloso y relativamente funcional.

Hoy fue el día de la selección, no calificamos, el carrito se volvió loco… bueno, en realidad fue su sensor pero aun así, no calificamos, se volvió loco. En un instante sentí necesidad de un abrazo tuyo (o de la concoca) o una cerveza (como si el alcohol fuera la respuesta) o un amigo, pero ni una de las tres estaban ahí, también sentí necesidad de gritar, estaba muy enojado. Realmente tenía esperanza en ese pinche carrito y que no funcionara, sé que nuestro diseño no era el mejor pero aun así.

He andado molesto estos últimos días, si las cosas así no creo aguantar mucho, mi hermano cada día es más respondón y se le va la boca demasiado, sabe que no debe de responderme así y un día de estos me hará enojar muy cabronamente y le voy a soltar un golpe a la boca para que aprenda respetar, lo sé, la violencia no es la solución a las cosas pero a veces sólo así hacen caso.

Cuéntame de ti, siempre ha sido interesante saber de ti, saber todas esas cosas que tú sabes y que yo sé que no debes de hacer y aun así las haces, esas rabietas o berrinches que sueles tener, esas negaciones y esas aventuras. Los problemas que te causa el ser tan amable con los demás y tu coquetería natural. Me pregunto si tendrás problemas con tu novia por eso. No lo sé y probablemente no lo sepa, el otro día venía pensando en lo extraño que sería conocerla, por un momento en mi mente visualicé el momento como yo saludándola y feliz por ella y por ti, pero lo sé, no sería tan maravilloso. Sé que mi mirada no dirá “felicidades”, dirá algo más como “yo la quiero, cuídala” y ella no lo sabría. He optado por mentir, cuando alguien te conoce a ti o a la concoca, yo digo que las conocí en algún evento X, en tu caso menciono que te conocí bailando tecktonik en la preparatoria, en el caso de ella digo que fue mi alumna en karate. Ambas son verdad, a medias pero verdad.

Mi querida tormenta, el tiempo es largo y también lo es el olvido. Yo sólo espero que estés bien y estés feliz, que todas esas decisiones que hemos tomado nos lleven a un punto en nuestras vidas donde yo pueda contar historias de ti y sonreír, y que tú, por lo menos en alguno de tus años me recuerdes, con el simple hecho de saber que en algún punto de tu vida fui importante me basta. Con ser mencionado me daré por bien servido aunque yo nunca me entere.

Con cariño
M. Gray

No hay comentarios:

Publicar un comentario