Un día de junio del
2013
Querida cohabitante
¿Cómo estás?
El otro día te escribí una carta,
pero nunca llegó a ti, es más, ni siquiera tuve la decencia de salvarla, no
decía nada malo, no te ofendía ni nada, en ningún momento intento hacerlo ya,
mencionaba la idea de que deberíamos ser amigos de nuevo, necesito contarle a
alguien lo maravillado que estoy con mi nueva relación. Con pocas personas
tengo oportunidad de hablar como soy, probablemente seas tú y el trauma tres
las únicas mujeres con las que puedo abrirme completamente, por eso eran tan
importantes en mi vida. Ahora las veo como una posible fuente de amistad, pero
quizá ahora pase en sentido contrario lo que yo pensaba, quizá ustedes no
tienen ganas de escucharme o de que les de lata. Pero ¿qué puedo hacer? Es tan maravilloso, se
sienten esas ganas de compartirlo con el mundo, porque es algo completamente
nuevo.
¿Recuerdas cuando dije que sería
agradable enamorarse de ti? O más bien escribí, fue en una carta.
Fue una simple ilusión, me di cuenta
que cuando uno se va a enamorar, simplemente se enamora, no tienes control
sobre semejante acción, sientes la vida florecer de una manera diferente, me da
gusto que te hayas enamorado alguna vez. Espero que estés profundamente
enamorada de tu novio, es algo realmente maravilloso, te digo, me cambió
completamente. No puedo creer que esté enamorado, quisiera platicarte de lo
maravilloso que es ella. Pero no podemos, estamos separados por una barrera
enorme que llamaré indiferencia y pasado, a parte que cada uno ha seleccionado
su camino y que lejos de ser una importante adición a mi vida en estos
momentos, te convertirías en simplemente un motivo de disputa para mi actual
pareja y yo.
Tengo que contarte algo, hay unas
líneas de Carlos Sadness que me gustan mucho.
“Que yo te esperé y tú desesperaste entre tardes fugaces. Se hace de día, en una ciudad que no es mía y la chica que duerme a mi lado nunca sabrá que existías.”
Y así juré que viviría, que mi
pareja no sabría de ti ni de mi pasado. Fracasé, pero fue para bien, mi novia
le conté tu historia resumida, lo que pasó y lo que no pasó, las preguntas sin
respuesta, los silencios incómodos y todo eso que te convierte en un evento en
mi vida. Gracias mi estimada kaybee, gracias a ti caí en la realización del
enamoramiento, me di cuenta de que adoro a mi pareja, quiero decirle que la amo
pero es demasiado pronto. Imagina que feliz estoy para escribirte esto. Eres
ese bosque que mi vida quemó y ahora de sus cenizas crece algo nuevo, algo
hermoso.
Se llama Ana, le digo Annie,
sabes esa mala costumbre que tengo de modificar los nombres o usar el nombre
que menos usan, te imaginarás que tiene un segundo nombre, no te lo diré, es de
esos detalles que están de más.
En fin, es posible que mis cartas
dejen de ser tan continuas como solían serlo. Es difícil escribirle a otros
cuando una persona se ha vuelto dueña de mi atención, posiblemente en esos
momentos en los que la reflexión se apodera de mí y tengo que escribir esas
cosas que ella no necesita saber o que quizá ya sabe, ya se lo he dicho. Espero
y no lo tomes personal, probablemente escribo esto y mañana te escriba de nuevo
o pasado y quede mi sentencia en mentira, pero no lo es así.
En fin mi querida cohabitante,
espero que estés feliz, que tu vida vaya floreciendo y corrigiéndose de manera
adecuada. Cuídate mucho, sé muy feliz.
Con cariño
M. Gray