domingo, 7 de julio de 2013

Cartas a la tormenta #5



Un día de julio del 2013

Hey! Tormenta! Cómo estás?

Han pasado muchos días y la verdad me he olvidado completamente de escribirte, te tengo demasiado olvidado, no es intencional. Hay tantas cosas que tengo que contarte y que me gustaría que sepas, no sé si ya te hablé de ellas, supongo que sí o no lo sé, espero y no, así todo sea completamente sorpresa para ti.

¿Te conté que tengo novia?

Oh Dios mío, estoy tan maravillado, mujer, tengo que contarte, estoy enamorado y por fin dije la palabra que era tabú para mí, “te amo”, surgió natural, sin llevar ni siquiera dos meses de novios, pero es que hemos pasado “tantas” cosas juntos, ha sido una relación acelerada, hermosa y maravillosa. No tengo suficientes palabras para describirlas. Quizá te parecerá absurdo, pero me conoces, sabes que soy la clase de hombre que no dice las cosas sin haberlas pensado por lo menos dos veces, no tienes idea de la sorpresa que tuve cuando la abracé y le dije “creo que te amo”, no tienes idea de cómo me sentí, paso las horas revolcándome en la cama por su recuerdo, la extraño a los pocos instantes de que la dejé de ver y muchas cosas más que me delatan ante el resto del mundo, lo sé, estoy bien enamorado o como me gusta decir “me trae bien pendejo”. Creo que ya era hora y me lo merecía.  

¿Y tú? ¿Qué dice tu vida?

La verdad, espero que todo vaya mejor, me contaste que falleció tu abuela, debió ser una perdida muy grande para ti pero aun así, sé que ya estás mejor, era lo mejor para ella y tu familia hasta cierto punto, lo sabías, incluso yo lo sabía. La tristeza que te causaba el ver como se enojaba al no poder hacer las cosas que a ella le gustaba hacer, ese sobre esfuerzo que siempre realizaba por no sentirse inútil y otras cosas, me reservo de continuar opinando, sé que te molesta el que digan o escriban eso.

¿Qué más te puedo contar mujer? O ¿Qué más me puedes contar tú a mí?

Hay algo “importante”, ¿sabías que mi novia te conoce? Lo sé, es raro, muy raro, al parecer no tiene buenas referencias de ti y si le doy las mías, probablemente no sean las mejores, pero estoy siendo sincero, creo. No sabe nuestra historia, no creo que le interese saberla, es más, le molesta que le cuente de mi pasado amoroso, ¿por qué? Porque piensa que nadie me supo valorar como debía, muy probablemente tenga razón, porque yo así me sentí demasiado tiempo, quizá pueda pintarte como una mujer “mala” pero podría sacar una lista de acciones que no son de lo más “naturales” para alguien a quién quieres como amigo. Quiero preguntarle por ti, que me cuente de dónde o cómo te conoce, pero no lo considero necesario o coherente, prefiero vivir con esa duda, puedo vivir perfectamente sin saber eso. Solamente quería comentártelo, porque es algo bien poderoso, al revisar mis pasos o nuestros pasos, me di cuenta que mi novia y yo siempre estuvimos cerca en algún punto. ¿Recuerdas los electronic points? Ella iba a ellos también.  Ella iba en el 58 y yo en el 116, rutas de camión similares y lugares que toda la vida pudimos habernos visto, estamos de acuerdo (ella y yo), si no nos encontramos antes fue por algo, fue hasta ahora porque hasta ahora estábamos listos. Y eso me hace pensar que quizá encontré a mi otra mitad, ¿te parece que exagero? Yo no lo creo, claro, el que está enamorado soy yo.

En fin, mi estimada tormenta, creo que es hora de despedirme, espero que tu vida vaya en mejora, que tu salón de belleza o todo eso que me contaste qué harías, vaya en progreso. Te deseo toda la felicidad que a ti misma te desees, sé muy feliz estimada tormenta, sé tan feliz como lo soy yo en estos momentos de mi vida, recuerda, si te escribo es porque ahora me resulta más fácil verte como una amiga que como un dolor del pasado. Sé muy feliz.

Con cariño
M. Gray